martes, 29 de diciembre de 2020

2020 - El año en aprendimos a apreciar nuestras vidas


 Termina -¡finalmente!- el año 2020 y no vemos el momento en que -con la llegada de las vacunas-  poco a poco regrese a nuestras vidas un minimo de normalidad. Y los más optimistas dicen “Solavaya 2020 y bienvenido 2021”.  ¡Yo digo que pasar la página con nuevas esperanzas es sin duda la mejor actitud! 

 

¡Es que 2020 ha sido un  año terrible -y trágico- para millones en todo el mundo!  Y que -de la noche a la mañana- cambio radicalmente nuestro estilo de vida hasta el punto que mi propia nieta de 9 años me dijo recientemente “Ya no me acuerdo como vivía sin mascarillas”

 

Palabras como “confinamiento”, “lockdown”, “desescalada” “antígenos”, “distancia social”, etc, etc, son parte de un nuevo lenguaje.  Y sentirnos como “delincuentes” cuando se nos olvida ponernos la mascarilla - y de pronto hemos entrado en el supermercado- es una sensación extrañísima. ¡Que sentimiento mas fuerte de culpabilidad! 

 

Tener nuevas obligaciones con nosotros mismos -y con los demás- es ahora esencial. Y una de las cosas más positivas que hemos integrado en nuestra forma de vivir: ser disciplinados y considerados.  

 

Al tener mas tiempo libre -pues trabajar desde la casa establece nuevos horarios y nos queda más tiempo para nosotras- hemos comenzado a leer mas, y finalmente disfrutar libros y artículos que llevábamos tiempo sin poderlo hacer.  Lo mismo sucede con el placer de ver en TV películas, documentales y series (muchas maravillosas) que habíamos ignorado. 

 

¡El confinamiento tuvo de positivo esta posibilidad! Y cuando lo compartimos “en familia” puede ser un momento muy bonito y espiritual. ¡No todas las familias tienen ese privilegio y hay que dar gracias por ello!.  Y hasta notamos que estamos conversando más con nuestras parejas, hijos o nietos, abriendo la puerta a una cálida y nueva comunicación. Algo positivo en medio del dolor y el caos. 

 

Y -más profundamente- esta soledad emocional y física  (aunque en la cada estemos rodeados de familiares) nos ha ayudado a conocernos mejor y conocer mejor a las personas que son parte de nuestra vida cotidiana.  Una experiencia muy reconfortante que personalmente me ha ayudado mucho.

 

 Aunque debo confesar que estoy loca por poder viajar libremente- y aunque veo en TV muchos documentales de viajes- cuento los días en que pueda verme en Londres o bajo el sol de Miami Beach! ¡Que deseos tan grandes de tomar un avión y disfrutar la aventura de un viaje! 

 

Y en medio de esta nueva vida, es muy lindo que haya nacido una mayor y profunda compenetración entre familiares y amigos. ¡Y  comprender lo mucho que quiero -y que me preocupa- la salud de mi amiga Tal o mi amigo Más Cual, ha sido un bello descubrimiento en medio de este año loco!  Y ha sido muy lindo que nos hayamos mantenido en contacto con ellos  -especialmente en Redes Sociales, Zoom, Emails y llamadas telefónicas- a lo largo de 2020.  

 

En un gran número de países la celebración de bodas -de acuerdo con el portal The Knot- ha disminuido muchísimo igual que las fiestas de graduación, debutantes, los bautizos, etc. Y el aforo a los mismos ha sido reducido al mínimo. 

 

En muchas ciudades -como New York- no tenemos teatros (Broadway esta cerrado desde Marzo), ni cines, ni eventos deportivos, ni museos. En muchos lugares los restaurantes solo permiten aforo al aire libre - y el comer en interiores está prohibido (como también sucede en Nueva York).  Los “malls” reducen la entrada de clientes y las tiendas se ven muy vacías. Todo ello ha multiplicado mil veces las compras por Internet y el ver funciones de teatro o conciertos -mediante compra de boletos virtuales- desde la sala de la casa ¡y vestidos en chándal o ropa de andar por casa! 

 

Esto ha traído un cambio total en nuestro consumismo y el mundo de la Moda y la Belleza. ¿Para qué comprar nada elegante o nuevo si no vamos a  ninguna parte?  


Y mientras no compramos ropa, ni zapatos, compramos todo tipo de mascarillas  -¡y la venta de televisores gigantescos subieron un 77% en Abril pasado!  Y de pronto también compramos nuevos computers y tabletas (sus ventas han subido 67%) – y más accesorios para la cocina, igual que nuevas sábanas y toallas -y  objetos decorativos para hacer nuestras casas más atractivas y agradables. Y todo esto incluye esas clases de cocina que esta de moda tomar en Internet- ¡tal como hacen nuestros hijos con sus clases del colegio “remote”!  ¡Un cambio muy notable en nuestro estilo de vida! 

 

Resumiendo: El 2020 ha sido un año ferozmente cruel e inesperado.  Y -paradójicamente- también el año en que aprendimos a apreciar la vida. ¿A madurar quizás? A ser menos frívolos, más generosos y pensar en los demás. El año en que reorganizamos nuestros valores y nuestros afectos. Y ahora estamos mucho  más preparados para enfrentar el 2021 con una nueva fuerza y grandes posibilidades. Ojalá sea un buen año. Y regrese la salud. ¡Y las esperanzas!