Hablo de 'pasividad' porque conversamos un ratito en una fiesta -y le conté que había conocido a su madre estando en estado de ella, etc, etc. tratando de hacerla sonreir o mostrar cierto interés en lo que pensé era una conversación simpática. Pero Charlotte me miraba a los ojos con una expresión 'blank' y ni una media-sonrisa apareció en sus labios. Después me fijé que esta forma de ser era la misma con otras personas en la fiesta donde nos conocimos, incluyendo con gente muy VIP y muy importante con la que habló.
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| Charlotte llegando a una fiesta en Paris |
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| Carolina y Alberto de Mónaco con la princesita Alexandra de Hanover, la hija pequeña de Carolina y Charlotte Casiraghi
Lo que sí es un hecho es que la chica -que acaba de cumplir 30 años- hace exactamente lo que le place, lo que le gusta --sin importarle nada ni nadie ¡y menos aún lo que los medios o la gente que ella no conoce, puede pensar de ella! Esto parece heredarlo de los Grimaldi (su madre y su tía Estefanía) y la joven se enamora y se des-enamora cuando le viene bien -y si ahora está o no está esperando un hijo de su novio Lamberto Sanfelice (de 42 años y un joven director de cine italiano) pues no le importa que el matrimonio no haya sido parte de su vida cuando tuvo al pequeño Raphael (de 2 años) con el actor Gad Elmaleb y tampoco sea parte ahora. La bella Charlotte (una mini-me de su madre, aunque en persona Carolina siempre ha sido mucho más bonita que en fotos) vive feliz entre Roma y Paris en su nueva relación -y lo que el mundo piense de ella, ni le pasa por la mente.
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